Salvando energía




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El ahorro de energía es un hábito que debemos desarrollar como responsabilidad hacia nuestro medio ambiente. Además, pequeños cambios en nuestras costumbres pueden terminar ahorrándonos gran cantidad de dinero al año. La aplicación de medidas preventivas evitan la emisión de millones de toneladas de contaminantes a la atmósfera.

Las siguientes recomendaciones generales son muy útiles:

1. Al estar limpios los electrodomésticos, no solo prolongan su vida útil, sino que también reducen su consumición eléctrica. Además, se contribuye con la seguridad de la casa.

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2. Se recomienda revisar cuidadosamente los aparatos que producen chispas al conectarse o que calientan el cable. Deben ser revisados por un técnico calificado como medida de seguridad.

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3. Sustituya aparatos antiguos cada tanto, como por ejemplo una heladera con más de 10 años. Un modelo nuevo seguramente consume menos energía. Hablando de heladeras, es muy importante limpiar regularmente la heladera por dentro y en la parte trasera, ya que la acumulación de polvo puede aumentar su consumo de energía.

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4. Aprovechar la luz del día cuando es suficiente para trabajar sin luz eléctrica; interiores de colores claros ayudan a que la luz se refleje mejor.

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5. En lo posible, usar focos fluorescentes. Este tipo de foco consume menos energía que los incandescentes, y tienen una vida útil prolongada. Un foco común puede gastar alrededor de 100 vatios y uno fluorescente (o ahorrador) consume solo 20 vatios. Aunque la mejor opción —a pesar de ser más costosa por el momento— es el foco LED, pues es la más económica a largo plazo, consume por debajo de los 10 vatios.

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6. La instalación de sensores de movimiento en las luces externas de la casa, resulta de gran ayuda cuando se trata de ahorrar, además de ser una buena medida de seguridad.

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7. Las planchas son equipos que consumen el equivalente de 10 focos de 100 vatios. Debemos procurar planchar varias prendas de una sola vez y comenzar con las que necesitan menor temperatura.

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8. Hay que desenchufar los aparatos cuando están en modo stand-by. Esto corre para los que no están en funcionamiento, pero que igual consumen de manera “silenciosa”, como: televisores, computadoras, consolas, monitores, impresoras, entre otros.

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9. Finalmente, y posiblemente los que más cuesten regular debido a nuestras costumbres: los acondicionadores de aire. Estos aparatos se llevan la corona por encima de todos los demás cuando de consumo se trata, especialmente en nuestro país y su clima caluroso. Para ahorrar, se recomienda no usarlos en su temperatura mínima. Lo ideal es graduarlos a una temperatura de entre 22 y 25 grados. Esto no solo ayuda al bolsillo, sino también a nuestro cuerpo, que no debería pasar por cambios demasiado drásticos de temperatura.

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