Origen del Día de la Madre

La primera celebración a las madres, de la que se tiene noticia, tuvo lugar en la Grecia antigua, donde se rendía honores a Rea, la Madres de los dioses Zeus, Plutón, y Poseidón.

Los romanos llamaron Hilaria a la celebración, heredada de los Griegos.

Cuando el cristianismo comenzó a imponerse, tal y como hizo con otras celebraciones paganas, incorporó la fiesta a su universo propio, festejando la Inmaculada Concepción de la Virgen María, madre de Jesús, cada 8 de diciembre.

En la Inglaterra del siglo XVII, también se festejaba un domingo de las Madres, relacionado con la Virgen María, en el que después de misa, los pequeños llegaban a casa cargados de regalos para sus madres, y quienes trabajaban en casa ajena, obtenían permiso para regresar a sus hogares.

En 1870, la poetisa y activista norteamericana, Julia Ward Howe, dedicó sus esfuerzos, durante dos años, a la materialización de un congreso sobre la paz y el desarme, después de escribir su proclama del Día de las Madres.

Tres años después, varias mujeres en 18 ciudades diferentes de Norteamérica, se reunieron para celebrar el Día de las Madres. Durante una década se continuó la tradición en Boston, pero finalmente cayó en el olvido.

En 1907, Ana Jervis quiso honrar a su progenitora fallecida, organizando un Día de las Madres, convirtiéndose en la protagonista de una campaña que se extendería por todo EEUU, y que la convertiría en la fundadora de esta celebración en el país.

Finalmente en 1914, el presidente Woodrow Wilson, declaró oficialmente el segundo domingo de mayo como Día de la Madre en EEUU.

Muchos países de América Latina secundaron la iniciativa, adoptando también la fecha.

En Paraguay, el 15 de mayo se celebra El día de la Independencia de la Madre de madres: la Patria. Haciéndose extensivo el concepto.

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