¿Dormís en un buen colchón?




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¿Dormís en un buen colchón?

Es fácil darte cuenta de si estás durmiendo o no sobre un buen colchón.

Si la presión que ejerce el colchón sobre tu cuerpo te obliga a dar vueltas y vueltas, para cambiar de postura, despertándote una y otra vez. O amaneces como si en lugar de haber dormido toda la noche hubieras estado haciendo Crossfit, y el dolor de espalda no te deja levantarte. Va siendo hora de que lo cambies.

El ser humano no puede vivir sin dormir. Mientras dormimos la actividad del cuerpo lejos de disminuir, se incrementa.

En las primeras fases del sueño los músculos se relajan, la respiración, el ritmo cardiaco, la presión arterial y la actividad cerebral descienden, pero luego, gracias a las hormonas que segregamos, todas las células del cuerpo se regeneran, el metabolismo se repone con facilidad y el sistema inmune se fortalece con una mayor producción de anticuerpos.

Dormir bien embellece la piel, nos mantiene sanos, y nos da la energía que necesitamos para empezar un nuevo día. De ahí su importancia.

Cuando nos despertamos varias veces durante la noche, no conseguimos alcanzar la fases de sueño profundo y por tanto, el cuerpo no puede completar todas las labores de recuperación asociadas a las mismas. Sin hablar de que una mala postura puede afectar a largo plazo tu columna.

Por ello recomendamos:

Elegir un colchón que se adapte a las curvas de la columna, que no sea ni muy duro, ni muy blando.

Renovarlo cada 5 o 6 años, incluyendo el sommier.

No elegir por precio sino por calidad.

Asesorarse acerca de los distintos tipos de colchones que existen y encontrar el que se adapte a tus necesidades (talle/peso).

Dar la vuelta al mismo cada tres meses (de arriba a abajo y de la cabeza a los pies) siempre que el colchón no sea de lado único.